martes, 20 de septiembre de 2011

El árbol de la vida

Así, al finalizar, al ver el último haz de luz antes de los títulos de crédito, mientras dirigía mis ojos a la salida de la sala observe las caras de las pocas personas que asistimos a la última sesión del domingo buscando finalizar el fin de semana con una chispa de vida. Su expresión, de perplejidad, su principal cuestión: ¿que acabo de ver?. No soy crítico de cine, no me atrevo ni a criticar la música, mi gran pasión, pero mi atrevimiento me aventura el escribir mi percepción personal de esta bella historia. Sí, por que es bella, aunque no lo parezca. Es una historia personalizada, cuando vamos al cine todo es demasiado consensuado, las opiniones difieren pero son similares. Esta película no es de me ha gustado o no me ha gustado, esta película es, simplemente, la película de cada una de nuestras vidas, personalizada en una ambiente compartido, donde las imágenes de la pantalla se entremezclan rememorando recuerdos, vivencias personales, momentos pasados, palabras perdidas en el viento. Es personal, interno, propio de cada una de las personas que estaban sentadas en sus butacas. Son nuestras emociones, nuestros sentimientos los que evoca el director, pero de cada uno de nosotros, algunos puede que ni se puedan compartir en el momento, otros quizás hayan sido compartidos pero absortos en nuestros pensamientos ni siquiera recordamos.

Expresa palabras no dichas, sentimientos no expresados, emociones no mostradas. Momentos que uno querría repetir para hacer las cosas de diferente manera pero que seguramente se harían de igual forma para no romper el hilo de lo que estamos viviendo en el presente.
 
Reconciliación, esa es la palabra que más me sonó durante la película. Y, familia. Reconciliación y familia, quizás las dos palabras mas difíciles de que aparezcan juntas en una frase pero unidas por el amor a nuestros seres mas cercanos. 

Todas y cada una de las cosas que han hecho por nosotros nuestros padres, nuestros abuelos, nuestros hermanos son por AMOR.

Esto no es una critica al uso, lejos está de serla. Ni mucho menos es una aclaración de nada. Ni es un consejo, pero, ir vacíos a verla, sin leer nada antes, ni siquiera esto.

''El tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan....demasiado rápido para aquellos que temen....demasiado largo para aquellos que sufren....demasiado corto para aquellos que celebran........pero para aquellos que aman, el tiempo es ETERNO.'' (Henry Van Dyke)




miércoles, 3 de agosto de 2011

¿Que clase de relaciones quiero tener?

“Lidiar con gente complicada siempre es un problema, especialmente sí la persona complicada es uno mismo”.
Las relaciones personales no son difíciles pero se vuelven complicadas cuando no aplicamos la Regla de Oro: “Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a tí” o “No hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a tí”. O mejor aún: “Trata a los demás como a ellos les gustaría que los trataras”.
Todos los días nos estamos relacionando con personas, quienes pueden ser nuestra pareja, nuestras familias, amistades, clientes o relacionados y es probable que con algunos nos llevemos muy bien, sin embargo con otros se nos hace cuesta arriba desarrollar una relación y esto puede costarnos un fracaso, pudiera ser emocional, físico, espiritual o financiero, hasta la pérdida de un empleo.
El experto en liderazgo, John C. Maxwell dice que: “Todos los éxitos en la vida son el resultado de iniciar relaciones con la gente correcta y luego fortalecer esas relaciones con buenas destrezas relacionales.”
¿Cómo podemos mejorar?
El primer paso para tener una relación exitosa es “ser el mejor”, y tratar a los demás como a mí me gustaría ser tratado. Esto no es solamente para obtener un beneficio de la otra persona, es para mí propio beneficio.
Por ejemplo, las parejas de matrimonios son las que enfrentan mayores conflictos y esto se va a reflejar en todas las demás aéreas de la vida, en su trato con los hijos o con los compañeros de trabajo o socios de negocios. Diversos problemas atacan a las parejas y muchas veces no se resuelven por causa del egoísmo, donde ninguno quiere dar su brazo a torcer y piensan que cada uno tiene la razón. Buscan ganar cuando lo ideal es que ganen ambos. Para lograr eso debes recordar que lo que haces a tu pareja te lo haces a ti mismo porque están en el mismo juego. Debo seguir la Regla de Oro.
¿Estoy tratando a mi pareja como a mí me gustaría ser tratado?
¿Estoy tratando a mis compañeros de trabajo como a mí me gustaría que me traten?
Si yo hago trampas en el matrimonio, realizo cosas indebidas en el trabajo, no valoro las relaciones ni las amistades y lo que busco es mi provecho personal, me estoy engañando a mí mismo. No pienses que te estás saliendo con la tuya. Existe la ley de la siembra y la cosecha que dice: “Cosechamos lo que sembramos, más de lo que sembramos, después de sembrarlo”. Así que debo preguntarme: ¿Qué estoy sembrando en esta relación?
Porque si estoy sembrando amor, voy a cosechar amor. Pero, si estoy sembrando engaños voy a cosechar engaños. Si siembro semillas de rectitud cosecharé paz, integridad, relaciones benéficas de gran calidad y de valor permanente.
¿Qué clase de relaciones quiero tener?
Creo que todos queremos relaciones saludables, relaciones que nos hagan crecer, relaciones donde podamos sentirnos amados, y para lograrlo debemos proponernos nunca tomar ventaja de la relación, eso sería manipulación y sólo te estás engañando al final. El apóstol Pablo decía “Un poco de levadura leuda toda la masa”, es decir un poco de contaminación contaminará todo. Ahora debo preguntarme ¿Qué cosas debo sacar de mi vida que me contamina?
Recuerda el gran mandamiento dado por Dios “ama a tu prójimo como a ti mismo” no puedes amar a tu prójimo hasta que primero te ames a ti, no puedes valorar a otros hasta que no te valores a ti mismo. El punto es que no tienes ventajas sobre los demás, no estás solo y para vivir necesitas de buenas relaciones.
Hoy es el mejor momento para comenzar a vivir bajo la Regla de Oro, de comenzar a tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros, o mejor aún, como a ellos les gustaría ser tratados, nos llevaría seguramente a ser felices, productivos y a vivir en un mundo mejor."

viernes, 1 de julio de 2011

9 de la mañana en La Habana, descendiendo por la Calle 23, la gran avenida que desemboca en el Malecón, para recorrer los siete kilómetros de impresionante muro que separaban el mar de la avenida de seis carriles que cada día recorrían los modelos de vehículos antiguos que componían la banda sonora de sus mañanas desde hacia unos meses cuando decidió retirarse a escribir de cara al mar.

Sus paseos se habían convertido en rutina antes de enfrentarse a la pantalla de su portátil en la que descargaba palabras de manera cuasi mecánica cuando la inspiración entraba por las ventanas de su mente y ocupaba el habitat de sus pensamientos, amueblando espacios y rincones de colores.

El frenesí, el estress, la masificacion de su ciudad le extasiaba así que decidió apartarse a un lugar donde era un perfecto desconocido, era un ‘’gallego’’ mas que había alquilado una casa donde la escasez era evidente. Gustaba de pasear hasta la fortaleza del Morro acompañado del trasiego de los coches y de los turistas, de los grupos de jineteras buscando amigos de un día y muchas noches, de vividores a la espera de la oportunidad, de vividores que creaban oportunidades. Le hacía gracia como todas las teorías sobre motivación, iniciativa, pro-actividad que tanto se afanaban en inculcar los gurus empresariales era totalmente desechadas por las personas que se acercaban a los grupos organizados de turistas que quizás por lastima, por complaciencia, aceptaba cualquier tipo de trato con el fin de hacer su estancia mas agradable y mas cómoda en la isla.

Sus primeros días fueron así, pero quizas la cotidianedad de su presencia por la arteria principal de La Habana le hicieron un cubano más y los picaros mulatos le saludaban cada mañana buscando alguna nueva que contar, las jineteras se le acercaban a darle un beso de bienvenida y ya no insistían, solo hablaban de sus cosas con él con la naturalidad de uno mas, con la confianza del amigo, del hombre que les veia como mujeres y no como una mercancía mas con la que realizar una transacción comercial.

Como todas las mañanas, bajaba por la Calle 23, pasando por las sedes del Ministerio de Trabajo y por el de Sanidad Pública, y se paró en la catedral del Helado, la cafetería Coppélia, en el que todas las mañanas le aguardaba el aroma de un café recién hecho con el que acompañar sus paseos.

Dejar atrás sus demonios fue como renacer ante todos, y esa actitud, no había gustado a nadie, se había convertido en lo que las personas de su alrededor no querían que fuera, pero los cambios que se producen en la vida, y conforme avanzan los años, duran mas en el tiempo y son mas bruscos para las personas de nuestro alrededor.

Ensimismado en sus pensamientos no advirtió de la presencia de una nueva camarera en el establecimiento, que justo en ese momento, con una sonrisa le servia el café con su vaso para ‘’take away’’, vamos, el ‘’para llevar’ de toda la vida, pero que en un bastión contra el imperialismo yankie había adoptado muchos anglicismos, de manera surrealista pensó.

Descentrado, intentando encontrar las monedas en su bolsillo, alzó la mirada y allí la encontró, entre un gesto de amabilidad y fastidió por que su tiempo era precioso. No había muchos clientes, pero a ella le gustaba hacer su trabajo bien, su gesto se torno poco a poco agrio. El no se había percatado, pero se sintió nervioso.

El día que entro en la cueva a mirarse en los espejos, tal y como había leído en un reportaje sobre los ritos de una antigua tribu nativa americana, desgrano cada parte de él y rompió los cristales de aquello que no le gustaba y limpio y embelleció los espejos que mostraban su lado mas amable, pero se le olvido, o, mas bien, no quiso, romper los cristales de la inocencia, la inocencia que quiso mantener para seguir sorprendiendose ante los hechos mas pequeños de la vida, en su amor por cumplir la máxima de lo pequeño nos hace grandes.

Por eso, no se sorprendió de su nerviosismo, ‘’Joder – exclamó en su interior – se me esta encogiendo el alma, y en proporción, se esta agrandando otra cosa.’’ Pero aún no había adivinado la figura que se repartía en ese frasco pequeño, y se sorprendia de fijarse en los ojos que le miraban inquiriendo una rapidez en los gestos. Los ojos oscuros que escondían una persona clara, pura, de alma bondadosa pero de gesto firme, certera en sus apreciaciones, dura en sus afirmaciones pero fue la conjunción de sus mirada, con el inicio de su nariz hasta encontrarse con unos labios frondosos lo que le hizo pensar en que conformaban un triangulo de las Bermudas y que sería pecado no perderse en el.

Dejo las monedas en la  mano extendida, con la palma blanca, y la rozó, se estremeció. Ella cambió su gesto, se volvió amable, sonrió, y bajo levemente la cabeza en lo que él interpreto como un gesto de timidez que ni se imaginaba que expresaría.

Le resulto difícil abstraerse de esos ojos mientras las olas golpeaban fuertemente la pared de piedra que resistía los golpes, imperterrito al tiempo que llevaba luchando con el mar, le salpicaba el agua, y de vez en cuando creía oír a su madre a lo lejos como le gritaba de niño cuando saltaba en los charcos. Pero uno de esos golpes le hizo despertar, y se quedo parado un rato hasta que pudo reaccionar y ordenar sus pensamientos. ‘’¿Dónde he visto yo esos ojos?, ¿Dónde he visto esa boca?, y, esa sonrisa, ¿Dónde la encontré hace tiempo?.’’  Repaso mentalmente y al milimetro casi toda su vida, en todos los detalles se paró, en cada uno de ellos para responder a esas preguntas, para hallar la solución que le pareció imposible, cuando ya decidió abandonar un pequeño detalle, una imagen en su mente de un cuaderno lleno de palabras y una mano atareada escribiendo con un boligrafo, pero no acertaba a ver las letras, las palabras que aparecían en los espacios en blanco.

Decidió volver en sus pasos, evitó, o más bien, no se percato que pasaba de nuevo por la heladería y que ella lo estaba observando, el iba en una barca de pensamientos, hasta que se encontró de frente al ordenador pasando paginas una por una leyendo cada párrafo, cada estrofa, cada dialogo.

Se detuvo en una pagina, la leía, una y otra vez, y empezó a creer. Empezó a pensar que estaba escribiendo su destino.

Se apresuro a salir a la calle y salio corriendo hasta la heladería de nuevo y allí la vio observando desde la puerta, apoyada en el marco de la puerta, el marco descorchado por el paso de los años, en el primer escalón que ese mismo día les separaba. El desacelero su ritmo, hasta que llego a su altura, y su mano izquierda empezó a acariciar su mejilla mientras ella inclinaba levemente su cuello y se asía a su muñeca mientras su dedo pulgar dibujaba circulos imperfectos entre el vello de su brazo.

Su otra mano, atrevida, se poso en su cintura acariciando la piel que se descubría entre su pantalón y su top, y en un movimiento lento, inacabado en el tiempo, sus labios, tan mal educados, decidieron rendirse ante la evidencia, no opusieron resistencia, como dos ejercitos cansados de luchar.

Se fundieron en un abrazo, mientras la gente se agolpaba para observar el momento, esperando que ella reaccionara de manera violenta, o que el de repente sintiera vergüenza y huyera corriendo tal y como había llegado. Pero no fue así, sus miradas hicieron el vacio, sangraron el mundo de su alrededor, y abrazados decidieron volver tras los pasos de él hasta su apartamento donde permanecieron en silencio abrazados.

El, sin decir nada, y, ella, leyendo.

A veces.............

A veces
comenzamos a tenerle miedo a la vida, 
sin antes habernos trazado metas.
A veces criticamos la vida de los demás, 
sin haber criticado la nuestra.

A veces envidiamos los logros de los demás, 
en vez de aprender de ellos.
A veces le pedimos ayuda de alguien, 
a pesar que no sabemos agradecer.

A veces creemos ser el mejor amigo, 
sin saber realmente lo que es la amistad.
A veces creemos ayudar a los demás, 
a pesar que somos egoístas con nosotros mismos.

A veces nos conformamos con lo que tenemos, 
pudiendo ser mejores aún.
A veces queremos tener más poder, 
sin conocer el poder del Amor.

A veces creemos saber todo, 
sin haber leído ningún libro.
A veces creemos haber triunfado, 
sin saber lo que es haber perdido.
A veces nos decepcionamos de las personas, 
sin antes haberlos conocidos bien.

Cada uno de nosotros es un novato 
de todo lo que comenzamos a descubrir.
Así como el mundo se nos presenta 
como una caja de sorpresas, 
lo mismo sucede con las personas… 
Nosotros creemos conocer a una persona 
(por lo que hace, lo que parece, lo que quiere). 
Pero en realidad lo que debe interesarnos 
para conocer a esa persona es: 
Aquello que no vemos.

Descubrir: sus metas en la vida, 
sus miedos, sus sueños. 
Descubrir: el quién fue, 
él quién es, el quien será. 
Descubrir: lo que buscan, 
lo que aprenden, lo que critican. 
Descubrir: lo que sienten de sí mismos, 
de los demás y de la vida. 
Aquello que no vemos, pero que es parte 
de la esencia de cada uno.
Comencemos por descubrir 
nuestra propia esencia.

lunes, 27 de junio de 2011

¿Como voy a vivir mi vida?

La vida es un sistema en el cual influyen de manera positiva o negativa sucesos, familia, salud, dinero, el entorno, generando dudas, miedos y preocupaciones. La vida no supone entonces que todos aquellos elementos del sistema influyen negativamente, al contrario, suponen la influencia positiva, en tanto en cuanto, somos nosotros mismos los que liberemos la mente de estas dudas, miedos y preocupaciones, si no, generaremos una perspectiva de vida basada en la negatividad mediante la persistencia de patrones de pensamientos negativos.
Realmente, nos hemos olvidado de cómo funcionamos. ¿Y como funcionamos? Bien es bueno recordarlo o quizás aprenderlo de verdad, y de una manera definitiva.
Pues es tan sencillo como saber que nuestros pensamientos generan emociones y estas a su vez nos generan palabras y/o acciones en consonancia con estas emociones. Cuando estas palabras son quejas continuas, cuando estas acciones están orientadas al malestar, a la fustración, estamos generando un pensamiento que nubla nuestro intelecto y ni pensamos y ni sentimos de manera inteligente para poder tomar decisiones y generar cambios, por lo que terminamos encerrados en un circulo.
Las opciones, entonces, son NUESTRAS. No pertenecen a nadie mas que a nosotros mismos el cambiar las circunstancias, no generemos expectativas ni dependencias en otros, busquemos las expectativas en nuestro interior, dependamos de nuestro propio yo, no nos generemos mas dolor con las acciones, los sentimientos y los pensamientos de otros. Ni siquiera tampoco nos las generemos con nuestros pensamientos.
Parate a pensar, haz pequeñas las cosas grandes y, grandes las cosas pequeñas de la vida. Dejemos de juzgarnos y de criticarnos tanto, seamos justos con nosotros mismos, emocionemonos con todo lo bueno que hay en nuestro interior, y, sí, por que no, tambien con lo malo, emocionate y decide cambiarlo, mejorarlo, no lo dejes allí, cambialo, pero corta con la dinámica de la preocupación y crea una fortaleza interna, termina ya con la fuerza de voluntad y comienza a ser positivo.
Dediquemos unos minutos, no, más, una hora al día para tener una conversación interna con nosotros mismos que nos tranquilice.
¡¡DONA TIEMPO A TU VIDA¡¡

martes, 1 de marzo de 2011

Yo debo encontrar las respuestas de cual es mi MISIÓN

¿Que es la MISIÓN ? Es el motivo, el propósito, el fin o razón de ser de la existencia de una persona definiendo así lo que se pretende hacer, para quién se va a hacer y lo que se pretende cumplir. En un momento dado de nuestra vida nuestra misión esta influenciada por nuestra historia, por nuestras preferencias, por factores externos y por nuestras capacidades. 

La misión complementa nuestras visiones concretándolas y haciéndolas objetivas, haciendo la visión mas precisa, mas especifica, con lo cual, en consecuencia actuaremos con mas certeza. Lo que somos ahora, lo que hacemos, como lo hacemos y por que lo hacemos es nuestra MISIÓN; lo que queremos ser, como queremos hacerlo, por que lo hacemos es nuestra VISIÓN. 

Todos, todos y cada uno de nosotros, somos propietarios de nuestras visiones y misiones. Todos estamos preparados para algún propósito, encontrarlo y ejecutarlo de acuerdo a nuestras visiones nos hará llegar a ese propósito, primero lo conoceremos y después lo disfrutaremos. Pero, quizás, lo mas importante es enfocarnos con emoción, con vibración.

¿Cómo se puede concretar nuestra misión?

1º. Crea un entorno adecuado donde nada te perturbe y relájate con un papel en blanco y un bolígrafo.
2º. Crear un espacio en nuestra mente donde evocar nuestras visiones.
3º. Escribe, deja que la mano responda a tus pensamientos y emociones.
4º. Lee tu misión en alto, enuncia, hazlos importantes,  hazlos TRASCENDENTES.

Cuanta mas emoción, cuanto mas positivos sean nuestros pensamientos y mas positivas nuestras emociones, con mas pasión, con mas sinceridad mostraremos nuestras misiones y nos haremos lideres de nosotros mismos.

¿Buscas un lider para tu misión? ¡¡MIRATE EN EL ESPEJO¡¡